Desde su fundación en 1965, el Comité de Educación y Acción Cultural del icom (ceca) ha sido una instancia clave en la promoción de la educación museal crítica y transformadora. A lo largo de sesenta años, el ceca ha articulado una red internacional de profesionales comprometidos con una visión del museo como espacio educativo, inclusivo y socialmente involucrados. Su trayectoria da cuenta de un proceso de institucionalización que ha combinado rigor académico, innovación práctica y sensibilidad hacia los desafíos contemporáneos.
La primera presidenta oficial del ceca fue Irina Antonova, elegida en 1968. Durante su gestión, se realizó la primera conferencia del comité en Moscú y se publicó el primer número de la revista icom Education, lo que marcó el inicio de una tradición de investigación, difusión y formación en educación museal. Con el paso de los años, ceca amplió su campo de acción al incorporar temáticas como accesibilidad, sostenibilidad, inclusión y enfoques decoloniales. Su estructura descentralizada, con representación en más de ochenta países, ha favorecido la circulación de experiencias contextualizadas y la construcción de saberes situados.
Entre sus referentes históricos destacan Colette Dufresne-Tassé, promotora de la evaluación educativa en museos y autora de una obra metodológica clave para el campo, y Nicole Gesché-Koning, quien lideró el comité entre 1992 y 1998, consolidando una estructura organizativa activa y profesional. Sus aportes han sido decisivos para institucionalizar la educación museal como disciplina, al tiempo que generaron modelos replicables a nivel global.
En América Latina, el ceca encontró un terreno fértil para su expansión crítica y política. Liderazgos como los de Milene Chiovatto y Magaly de Oliveira Cabral Santos han sido fundamentales en este proceso. Chiovatto, quien fuera presidenta (2017-2019), desde su labor en la Pinacoteca de São Paulo, vinculó arte, educación y derechos humanos, promoviendo exposiciones pedagógicas con enfoque feminista y emancipador. Cabral, por su parte, impulsó proyectos educativos anclados en el territorio, incorporando metodologías participativas, pedagogías populares y visibilizando memorias subalternizadas. Ambas figuras representan una corriente que entiende el museo como actor político y lugar de agencia cultural.
Desde 2019, el capítulo correspondiente del ceca para América Latina y el Caribe (ceca lac) asumió un protagonismo renovado. En un contexto de agudas desigualdades, conflictos de memoria y persistencia colonial, el comité regional impulsó un enfoque educativo profundamente político, inspirado en las pedagogías de Paulo Freire (1972) y las propuestas decoloniales de Catherine Walsh (2010). Este enfoque desplaza la lógica de transmisión de contenidos para privilegiar procesos de cocreación, validación de saberes ancestrales y democratización del conocimiento. El museo deja de ser un espacio neutro y se convierte en un lugar de disputa simbólica, transformación social y reconocimiento comunitario.
Durante este periodo, ceca lac fortaleció redes nacionales y subregionales en países como México, Brasil, Argentina, Perú, Colombia, Uruguay, Venezuela, Chile, Cuba, Panamá, Ecuador, Paraguay y Costa Rica, que impulsaron políticas educativas sensibles a las realidades locales, descentralizaron decisiones y generaron nuevas formas de cooperación regional. La producción de conocimiento se volvió un eje estratégico: publicaciones en la revista icom Education, boletines regionales y artículos científicos permitieron visibilizar experiencias críticas en educación museística, muchas de ellas lideradas por mujeres.
Desde una perspectiva decolonial transversal, ceca lac cuestionó las narrativas hegemónicas de los museos y promovió la creación de relatos alternativos que recuperan memorias insurgentes, conocimientos silenciados y prácticas no occidentales. Este giro epistémico se fundamentó en los aportes de autores como Aníbal Quijano (2000), Walter Mignolo y Catherine Walsh (Mignolo y Walsh 2018), y se materializó en el trabajo de museos comunitarios, rurales y autogestionados que reconfiguran los vínculos entre patrimonio, territorio y subjetividad.
Los encuentros internacionales organizados o protagonizados por ceca lac, como los realizados en Kioto, en 2019; en Bélgica, en 2020 en modalidad virtual; en Praga, en 2022, y en Atenas 2024, ofrecieron espacios clave para visibilizar la contribución de la región en temas como justicia climática, accesibilidad, impacto de la pandemia y género. Estas instancias han demostrado que las prácticas educativas desarrolladas desde el Sur Global no solo enriquecen la museología, sino que abren nuevos horizontes para pensar el museo como actor crítico en un mundo en transformación.
Entre 2019 y 2025, el ceca lac consolidó una agenda comprometida con la transformación estructural de los museos. En un contexto de movilizaciones sociales, crisis ambiental y replanteos institucionales, se promovieron enfoques feministas, interseccionales y comunitarios que resignificaron la práctica educativa. Se desarrollaron experiencias que fortalecieron el rol de las comunidades en el diseño de las propuestas museales y se institucionalizaron mecanismos de reconocimiento a trayectorias silenciadas, en particular de mujeres educadoras y agentes culturales racializadas, instituyendo la entrega de la placa “Mujeres que Inspiran”.
Desde una ética del cuidado, ceca lac profundizó su apuesta por la justicia cognitiva, reconociendo los saberes indígenas, campesinos, afrodescendientes y populares como fundamentos válidos del quehacer museal. Esta orientación no solo se expresó en los discursos, sino también en la metodología: talleres colaborativos, formación situada, proyectos participativos y pedagogías del afecto fueron algunas de las herramientas puestas en juego. La producción teórica acompañó este proceso, legitimando nuevas formas de pensar la educación museística desde el sur y para el sur.
Hacia 2025, los desafíos siguen siendo significativos. Entre ellos, destacan la necesidad de consolidar redes interinstitucionales globales que sean inclusivas y sostenibles; profundizar el trabajo con comunidades vulneradas por el racismo, la pobreza o el extractivismo cultural; incidir en políticas públicas que reconozcan el valor educativo del museo y aseguren financiamiento adecuado; así como garantizar la formación profesional de educadoras y educadores desde una perspectiva crítica, interseccional y contextualizada.
A seis décadas de su creación, el ceca representa una experiencia paradigmática en la transformación educativa de los museos. La labor de ceca lac, en particular, no solo reafirma los principios fundacionales del comité, sino que los reinterpreta desde una densidad crítica que interpela los marcos hegemónicos. Su propuesta de una museología sensible, plural, afectiva, decolonial y comprometida con los pueblos y sus memorias, constituye una contribución ineludible para el presente y el futuro de los museos en clave global.
bibliografía y referencias
Consejo Internacional de Museos (icom). 1968-2025. Actas y publicaciones del ceca. https://ceca.mini.icom.museum
Freire, Paulo. 1972. Pedagogía del oprimido. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.
Mignolo, Walter D., y Catherine E. Walsh. 2018. On Decoloniality: Concepts, Analytics, Praxis. Durham, NC: Duke University Press.
Quijano, Aníbal. 2000. “Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina”, en Revista del Instituto de Estudios Peruanos (121): 201-246.
Walsh, Catherine. 2010. Interculturalidad, Estado, sociedad: Luchas (de)coloniales de nuestra época. Quito: Abya-Yala.
